lunes, 19 de diciembre de 2016

Los Benjamines se rebelan contra los elementos


Arriba: Suso, Pedro "Borghini", Pereirinha, Fabi, Manu Portela, Alex y Pablo
Abajo: Teo, Gonzalo, Martín, Niki, Nicolás y Manu García.
Que lo de Atios no iba a ser un paseo triunfal para los de Suso es algo que muchos preveíamos.  El míster había decidido contar con todos los veteranos y, como queriendo dar a entender que era hora de ponerse el mono de trabajo, abandonó el traje de gala y los hizo saltar al pasto con una indumentaria celeste muy diferente a la habitual. La mañana no iba a estar para demasiadas florituras y los de Tui aparecieron arremangados y dispuestos a una dura batalla. Lo que no esperaban, ni ellos ni nadie, es que las dificultades llegarían por donde vinieron.

Así estaban las cosas el sábado al mediodía.
Como en una película coral donde todos los actores reclaman su cuota de protagonismo, los elementos extradeportivos parecieron conjurarse para abocar al Tyde a una inesperada derrota. De manera repentina, todo se alió con los de Atios para que consiguiesen su primer objetivo de la mañana: marcharse al descanso con la portería a cero. Mientras, los pequeños del Tyde se afanaban por luchar con unos enemigos inauditos: un incómodo sol que asomaba tras la neblina matinal porriñesa, un poste izquierdo con excesivas ganas de balón y, sobre todo, un colegiado errático y falto de criterio que pareció empeñado en desconcentrar a los colchoneros con cada una de sus decisiones.

A pesar de ello, hay demasiado fútbol en las botas de los arraianos como para que esta coyuntura les hiciese perder la cara al encuentro. Con Alex de director de orquesta y asumiendo con madurez las desfavorables circunstancias, consiguieron trenzar media docena de jugadas que dieron a entender que había un equipo sobre el sintético más preocupado por jugar bien al balompié que por llevarse la victoria a toda costa. Los rojillos, mientras, no llegaron a hacer acto de presencia en ninguna ocasión por los dominios de Teo. Pero tampoco en la otra área, Pereirinha y Fabi, pese a todo su virtuosismo, acertaban a encontrar el camino del gol. Y con lo que sí se encontraron fue con otro aspirante a protagonista del encuentro. Los porteros, ya se sabe, también juegan. Todas las ocasiones que no desbarató el mal fario, fueron despejadas por los guantes del pequeño guardamallas atiense. 

La euforia tras el partido estaba más que justificada.
Así que lo que debió acabar con un par de goles en el casillero del Tyde, finalizó sin pena ni gloria para ninguno de los dos conjuntos. "No hay mal que cien años dure", debieron pensar los tudenses en el vestuario antes de saltar de nuevo al verde dispuestos a comerse a los porriñeses. Con el sol a favor y los nervios templados, se pusieron nuevamente a la faena. Y es cierto que empezaron bien los de Suso y Pablo, dominando el esférico, jugando por las bandas y llegando hasta en tres ocasiones a la portería contraria. Nada hacía presagiar lo que se les vendría encima a los pocos minutos.

Y es que, por si fueran pocas adversidades las sufridas hasta el momento, la mala fortuna quiso que, tras una jugada fortuita, un balón envenenado permitiese al rival llegar por vez primera a las inmediaciones del área tudense. Única llegada de la mañana y gol. Un tanto que no sólo los ponía con el marcador en contra por vez primera en la temporada, sino que los dejó con una atolondrada sensación de impotencia durante unos minutos que se hicieron eternos. De repente, todo jugaba a favor del Atios. Los rojos, crecidos, se instalaron en campo contrario y asestaron un par de nuevas batidas sobre la portería de Teo. Pero por fortuna, los palos del Tyde también están perfectamente cubiertos. 

El tercer tiempo también es reglamentario.
Fue en uno de estos ataques cuando la diosa Fortuna decidió que ya estaba bien de castigo. Un balón que ya cantaba gol y que nos hubiese dejado fuera del partido se dio de bruces con el mismo poste que anteriormente nos había borrado la sonrisa. Fue esta la señal de que hasta allí habíamos llegado. Martín, como es habitual en él, apretó los dientes, se echó el equipo a los hombros y fue arrastrando hacia arriba sus compañeros hasta que una falta al borde del área le dejó servido en bandeja el gol de empate. Toque sutil y para adentro.

A partir de ahí, el Tyde, volvió a ser el de siempre y el único enemigo que parecía interponerse en su camino a la victoria era el cronómetro. Faltaban pocos minutos para el final cuando, tras una internada por la banda derecha, Manu García colocó el balón en el área pequeña para que su tocayo Portela empujase el balón a las mallas, poniendo así las cosas en su sitio:1-2 y toda la presión para el Mos.

La mañana ya no daba para más, cuando alguien decidió reclamar para sí el tan disputado protagonismo del partido. En una jugada que parecía intrascendente, a Manu Portela le cayó el balón a los pies. El rubio levantó la cabeza, hizo un guiño pidiendo a la orquesta que empezase la música, se cosió el esférico a la zurda y comenzó a danzar un espectacular Fox-Trot que dejó aturdidos a todos los defensas rojos que se atrevieron a ser su pareja de baile. Lo que más asusta de este chaval es que no nos recuerda a ningún jugador en particular. Señal de que lo suyo es innato. El descosido que armó fue monumental pero, por desgracia, el sábado no estaba dispuesto a regalarnos más goles. 

En definitiva, victoria peleada que convertirá las uvas de este año en las más dulces de los últimos tiempos.







jueves, 2 de abril de 2015

… pero contentos.

Los prebenjamines volvieron a lucir sus colores de gala.


Los balones aéreos resultaron letales
Las jugadas a balón parado y una ligera falta de tensión competitiva impidieron a los pequeños del Tyde conseguir el resultado que merecían en el campeonato de pascua de Gondomar. Frente a rivales de entidad, acostumbrados a lidiar en plazas más grandes, los tudenses notaron por primera vez esta temporada el peso de la responsabilidad y quizá también lo que se ha dado en llamar "miedo escénico". Sólo así puede explicarse alguna inocente derrota en la fase clasificatoria. Pese a tener un grupo de chavales muy conjuntado y una dirección técnica con versatilidad suficiente como para afrontar cualquier embite con solidez, esta vez ha pesado, sin duda, la falta de intensidad que proporciona un calendario competitivo.

Pequeño sí, enorme también.
A pesar de esos pequeños detalles, los jabatos del Baixo Miño no han desaprovechado la ocasión que les brindó esta competición para dejar bien claro a sus futuros rivales que en la ladera sur del Aloia se sigue destilando balompié a destajo. La calidad que atesoran y, sobre todo, todo el gran trabajo que hay detrás de este equipo, han provocado una evolución de carácter exponencial y los chavales saben, por fin, que jugar al fútbol no es simplemente patear una pelota. Ahora sólo les falta aprender que, a veces, los rivales también juegan y que, cuando eso sucede, no llega con ser buenos sino que además hay que dejarse la piel en el campo. Si los pequeños deslices de hoy sirven para aprender esto, bienvenidos sean. Y, siendo justos, también se debe reconocer que si la fortuna hubiese estado un poco más de su lado en los encuentros de clasificación quizá los cruces nos hubiesen deparado algún rival más asequible y el resultado hubiese sido otro. Pero la suerte es así, también hay que contar con que a veces se pone del lado del contrario. Otra lección que traemos aprendida de Gondomar.


Aunque sé que es injusto destacar a unos sobre otros, me van a permitir que en esta ocasión les revele una pequeña debilidad, fundamentalmente porque, por edad y tamaño, debería ser al que menos se le exigiese haber dado hoy la talla. Su cara tras la primera derrota era reveladora de que este chaval entiende que es lo que se trae entre los pies y su actitud, a partir de ese mismo momento, hubiese empequeñecido al propio Goliat. Dicen que las buenas fragancias se guardan en frascos pequeños, este diminuto mediocentro esconde en su interior el aroma a fútbol en estado puro. Gigante Alex, gigantísimo.

Iker comprueba que los tacos del contrario son reglamentarios.








sábado, 22 de marzo de 2014

El pequeño Tenor


Denys celebrando uno de sus dos goles

Mañana soleada en A Guarda donde el San Cayetano esperaba a los peques del Tyde. Por vez primera en la temporada parecía que los equipos que saltaron al terreno estaban equilibrados en edades, pesos y estaturas. Fue a nivel de juego en donde estuvo la cosa menos pareja. Y eso a pesar de que tampoco estuvieron especialmente finos los de Rocha. Sin embargo, hay que reconocer que tienen pegada y empiezan a trenzar sus primeras jugadas elaboradas.

Iker y Alejandro en un lance al borde del área. (Foto Alfonso©)
Destacable actuación de José por la banda derecha. Creo que ya se ha comentado en otras ocasiones en esta columna, pero no puedo evitar repetir lo mucho que recuerda este espigado chaval a aquel joven Gordillo que se partió el alma en su banda en el mítico partido contra Malta. Aún tiene mucho que crecer pero viendo su zancada en las fotos ya se vislumbra un estilo muy particular. Cuando golpee al balón con más acierto será absolutamente imparable.



El fondo sur dio mucha guerra.
Muy meritoria también la actuación de Denys y Manu Zar, que desatascaron el marcador con tres pepinazos casi desde fuera del área. Son éstos dos jugadores con mucha clase que deberían aprender el uno del otro. Denys es el típico delantero que quiere gol y tiene la portería contraria metida en la cabeza. Eso es fantástico, aunque no impide que a veces le haga cegarse y no ver a compañeros en posiciones más ventajosas. En cuanto corrija eso, será más crack de lo que ya es. Por el contrario Manu peca de ver siempre a sus compañeros en posición más ventajosa que la suya. Tiende a soltar el balón inmediatamente. Y la verdad es que con su clase y su toque hay ocasiones en que debería atreverse a ser él el protagonista. Pero, qué tonterías estoy diciendo, si son niños!

Detalle del multiusos de A Guarda
Impresionante en su papel de central, Gonzalo, que parece haber encontrado alguna pista en su continua búsqueda de su lugar en el dibujo del equipo. Muy atento y rápido durante todo el partido, dio seguridad en la zaga y se le vio cómodo.

Y aunque estuvieron muy bien en general todos los pequeños, como siempre, la columna no da para más. Sólo para un pequeño inciso más en el que destacar a Teo, que además de un portero como un pino, tiene una lengua de trapo. Menudo recital nos dio el sábado por la mañana. Ni el difunto de Pavarotti.

Teo dando el do de pecho. (foto Alfonso©)








martes, 11 de marzo de 2014

Y Cedrún bajo los palos



Rocha y sus mariachis























Con las pupilas todavía desacostumbradas a tanta luz se presentaron los peques del Tyde el sábado pasado en el Campo de Randufe; preparados esta vez para batirse el cobre con unos chavales ya conocidos de batallas anteriores. No se puede dejar de decir que, o mucho caldo tomaron durante este tiempo, o los niños con los que viajó el guardés A Guía eran distintos a los que conocimos en esas otras ocasiones. Reconocimos, es cierto, a nuestra amiga Sara, pero también se debe reconocer que la acompañaban unos peques más talluditos a los que no habíamos tenido el gusto de conocer todavía. Y un gustazo fue, por ejemplo, conocer al chavalote que se situó bajo los palos. Se presagiaban cosas buenas ya de entrada.

Uno de los grandes protagonistas del partido
Y como la mañana estaba para buenos presagios, del cielo nos cayó Alfonso con su cámara para tomar buena nota gráfica de lo sucedido. La prueba: el fantástico reportaje que acompaña a estas palabras. Los años no pasan en balde y la memoria del menda estuvo a punto de dejarnos a todos sin imágenes por culpa de una batería descargada y una tarjeta extraviada. Ya lo decía mi padre: Hay que estar a lo que hay que estar; que si no, pasa lo que pasa. Menos mal que esta vez la providencia estuvo de nuestra parte.
 
 
 
Intercambio de pareceres
Resuelto el aspecto gráfico, tocaba dar respuesta deportiva al reto planteado por los guardeses. Y de eso se encargaron los peques. Cada vez más asentados sobre el tapete, empiezan a vislumbrarse los frutos de las instrucciones técnicas y, en cada partido que pasa, los jugadores se encuentran más identificados con sus posiciones y por lo tanto, también más desenvueltos y seguros. Se pudo disfrutar el sábado de triangulaciones, pases, desmarques por la banda, buenos detalles en definitiva. Faltan por pulir, lógicamente, aspectos del juego en equipo que se van adquiriendo con el tiempo, pero, debemos reconocer que la imagen de equipo ha mejorado notablemente.
 
El sábado tuvimos que vérnoslas con un obstáculo desconocido hasta ahora: un guardamenta imbatible. Llegó a desesperarnos por momentos con sus espectaculares estiradas, atrapando todo lo que caía dentro del área. Especialmente a Denys, que el sábado hubiese lanzado contra la portería cualquier cosa que le hubiera caído a los pies. Al final entraron los goles y repiramos tranquilos. Dos caracolitos para la cuenta del zurdo, que aunque luchó un poco por su cuenta y Rocha llegó a recriminarle no haber sido generoso en algún lance, hay que reconocer que se dejó la piel en su banda y fue el gran protagonista del encuentro.

Sólo un último apunte, si se me permite: me hubiese gustado ver también a Hugo disfrutar de los minutos que merece bajo los palos.
 
Gracias de nuevo, Alfonso.



Cinturón negro 5 Dan

GALERÍA FOTOGRÁFICA:

https://www.dropbox.com/sh/dixpwuzx4s14r6h/Bsrvmt5j2w

lunes, 24 de febrero de 2014

Otros locos bajitos

Rocha dando instrucciones al sexteto con el que iniciamos la segunda parte

 

Otros Locos Bajitos

 

Penalty clarísimo a Gonzalo que el árbitro no quiso ver.
Nuevamente fuerzas y tamaños muy descompensados en el campo de Randufe, esta vez contra los chicos de Caselas. Se presentaron los azulones con un grupete muy variopinto: algún chaval de la edad de los nuestros que jugaba con criterio y pundonor, y una mayoría de niños y niñas de edades no uno sino hasta dos años por debajo. Aún así lo intentaron como pudieron, y llegaron a disfrutar de alguna mínima ocasión. La diferencia, sin embargo, fue abismal y eso impidió que el espectáculo llegase a ser demasiado vistoso en ningún momento. En especial en el primer tiempo, durante el que los peques del Tyde se mostraron un poquito embarullados y espesos. Gonzalo volvió a intentarlo una y otra vez, con muchísimas ganas pero muy desafortunado de cara a la portería. Con las ganas que le pone y el desgaste al que se somete cada vez que pisa el verde, cuando este espigado interior izquierdo sea capaz de poner un poco de control en su ímpetu se convertirá en un fenómeno. Es sólo una cuestión de tiempo.



No es un efecto óptico
Con el equipo que salió en la segunda parte pudimos disfrutar un poquito más de juego y triangulaciones. Hubo algún momento realmente bueno, en el que Martín se despachó desahogando el juego que trataba de atascar el contrario y eligiendo, como siempre, la opción correcta en cada lance. Delante de él, cual Mostovoi en sus buenos tiempos, el Zar se hinchó a demostrar que su clase está fuera de lo común: cabeza erguida al recibir, oteando el horizonte en busca de un compañero, balón que sale impecable directo a su destino. Tiki Taka. Uno que sabe. El destinatario de estos balones fue casi siempre Denys que supo recibir, correr la banda y estuvo listo en la definición. Especialmente hábiles y coordinados estuvieron en los corners desde la banda izquierda. Arriba Manu Gol hizo de las suyas antes de darse un buen batacazo que solventó como un hombre: un par de lágrimas y asunto arreglado. Alejandro Pereira fue el que resultó más perjudicado por la posición que le tocó en suerte. Dentro del área sin la posibilidad de desbordar arrancando desde atrás con sus vertiginosas carreras no se encontró demasiado cómodo. Aún así consiguió marcar.
 
La sorpresa de la mañana estuvo en Tezera, que si ya en el anterior partido jugado en casa había dejado patente su potencial con un par de detalles de lo que puede llegar a hacer, este sábado se lució una y otra vez protegiendo el balón, regateando y escapando del contrario. Mención especial también para la actuación de Nicolás, que compensó el error de una mano fuera del área con una estupenda intervención. Poco trabajo para los porteros por otra parte; y el que hubo lo liquidaron sin problemas.
 
 
Una afición muy entregada la del Tyde.

 

FOTOGALERÍA:


miércoles, 5 de febrero de 2014

Queríamos Caldo


Teo,  impresionante como siempre, tuvo mucho más trabajo que en los últimos partidos.

QUERÍAMOS CALDO

...y tuvimos nuestras siete tazas, pero bien a gusto que nos quedamos, sin embargo. No hubo goles que celebrar esta vez en el campo de Randufe, no al menos para los que estábamos en nuestra casa. Lo que sí hubo fue mucho que bregar en nuestro campo y poco que disfrutar en el ajeno, y es que enfrente nos pusieron a todo un equipazo. Los chavales de Oia, no es que fueran grandes -pequeños no eran, pero lo de los tamaños ya ha dejado de ser una excusa válida-, lo que sucedió es que, en realidad, jugaban a la pelota como los ángeles: el balón al suelo, pases, triangulaciones, desmarques... una auténtica maravilla. Poco dejaron para disfrute de los nuestros: hacía ya unos cuantos partidos que no quedaba Manu Gol sin estrenar su casillero, pero este sábado no fue el día de los delanteros. Fue el día, sin embargo, para disfrutar de los guardametas, que se habían acostumbrado ya a ser poco más que meros espectadores en los repasos repartidos en los últimos desplazamientos; si iban a la ducha al finalizar los encuentros era porque la lluvia los había empapado -¿guardaremos algún día el paraguas?- y no porque hubieran sudado en exceso. Por eso, lo del sábado fue una estupenda oportunidad para que nos demostraran que también debajo de los palos hay talento bruto. 

Un utillero con muchísima clase.
Salió de cara Teo, un auténtico felino, dueño absoluto del territorio donde alcanza la sombra del larguero. Teo es bastante más que una gema en bruto: lleva en la sangre el fútbol y sus movimientos no son aprendidos, sino los gestos naturales de quien considera la portería su propia casa. Un portento deslumbrante con las manos y los pies que ha sabido serenar este año la cabeza. Ese ha sido su gran mérito, lo otro le viene dado y no le supone mayor esfuerzo. Tuvo muchísimo trabajo el sábado ya que le tocaron los minutos iniciales en el que los nuestros aún no habían cogido el pulso al contrario y fueron minutos que se jugaron prácticamente dentro de nuestra área. Su actuación fue, como siempre, muy meritoria.


Denys felicita a Nicolás tras una estupenda intervención.
El relevo al de Caldelas se lo dio Nicolás, a quién sus nuevas gafas han aportado una importantísima dosis de seguridad. El sábado no sólo estuvo sereno y excelentemente colocado sino que decidió deleitarnos con un par de actuaciones dignas de la máxima categoría. Muy atento a lo largo de los minutos en los que pisó el césped,  no solo guardó a la perfección los tres palos, sino que no se cansó de repartir instrucciones para colocar a la defensa en los innumerables corners que se sacaron en contra de los nuestros.


Hugo en una de sus muy acertadas salidas.
Cerró Hugo la actuación de los guardamallas. Un fenómeno de Paramos con un físico que promete llevarlo muy lejos. Al igual que le sucediera a Teo, tampoco fueron minutos muy afortunados los que le tocaron para ponerse a defender la puerta, ya que los nuestros acusaron el cansancio del final del partido y se vio muy acosado por los contrarios y, sin embargo, supo demostrar la enorme calidad que posee con numerosas actuaciones de grandísimo mérito. Sé que más de uno pensará que es un poco extraño centrar en los porteros la crónica de un partido que se perdió por cinco goles a cero, pero ya sabemos que, al final, el resultado es lo de menos: quedémonos con que el sábado tuvimos la suerte de poder ver a tres magníficos cancerberos en acción y en otras ocasiones no podemos hacerlo. Lo habitual es que los de arriba arrasen y no nos dejen.


jueves, 30 de enero de 2014

Excursión a A Guarda



Gonzalo se empleó a fondo durante el segundo partido pero de cara a la portería tuvo a los astros en contra .
























Desapacible mañana de sábado para salir de casa e ir de paseo a A Guarda; todo sea por los niños. Los pequeños de Rocha madrugaron este fin de semana pasado dispuestos a competir fuera de casa pero lamentablemente, después del largo recorrido, se encontraron con dos equipos de edades más adecuadas para enfrentarse a los todavía más peques que dirige Lino. Después de batirse el cobre tan a menudo con los rocosos de Mos (sí, esa última crónica queda anotada en el debe del blog), lo de este sábado nos supo a muy poco. Aún así, como siempre, de todo se sacan algunas cosillas en limpio.
El abrelatas contra el Alameda estaba
guardado en los pies del Zar

Del primer partido jugado, contra el Alameda, poco podemos decir: fue un partido embarullado y poco vistoso por culpa de la multitud de chiquillos que hubo que colocar sobre el césped para tratar de compensar la diferencia de tamaños. Hasta con diez jugadores de campo llegaron a formar los de A Guarda. Y, sí, eran mucho más pequeños que los nuestros pero también es cierto que eran multitud y así no es nada fácil desatascar el juego. Y el problema no fue sólo el superpoblado tapete, sino que, además de eso, la lluvia (ese insólito fenómeno al que no estamos acostumbrados) no dejó de caer en toda la mañana llegando incluso crear molestos charcos en algunas zonas del campo. No estaba la mañana para muchas florituras y aunque los chavales, como siempre, pusieron todo de su parte les costó más que nunca. Al final, después de innumerables pases fallidos, de mucho barullo en el área, de los infructuosos intentos de Manu Gol de regatear dentro del área, de las estériles internadas de Antón por la banda derecha, de varias intervenciones meritorias del pequeño Iker (muy activo durante todo el partido), de las carreras infatigables de Denys, el único que consiguió estrellar la pelota contra la red fue Manu, el Zar, que, después de varicelas, lesiones y dudas existenciales,  parece que ha recuperado el tono al que nos tenía acostumbrados el año pasado. Al final, poca historia: 1-0 y a otra cosa mariposa.
La pequeña Sara, un  auténtico ciclón.
El segundo partido fue otro cantar. El equipo que presentó el A Guía de A Guarda estaba formado por un grupete de minúsculos jugadores de edades que nada tenían que ver con las de los nuestros. Fue una pena para ambos que las fuerzas de los equipos estuvieran tan desequilibradas porque eso restó competitividad al enfrentamiento. No hubo, en efecto, competición, lo cual no quiere decir que no hubiera espectáculo, por ambas partes. En nuestro caso, hay que mencionar a Alejandro Pereira que corrió arriba y abajo sin parar durante todo el encuentro, celebrando los numerosos goles conseguidos como si de una final se tratase. También cabe destacar la actuación de Gonzalo, que corrió y peleó denodadamente por todos los balones pero, a pesar de las muchas ocasiones que se le presentaron, estuvo muy peleado con una portería que se le hizo, tal vez a causa de la lluvia, demasiado esquiva y huidiza. Para acabar vais a permitirme que, por una vez, haga mención especial al rival: Unos pequeños con espíritu competitivo y deportivo que a pesar de la goleada no perdieron la sonrisa ni las ganas de jugar. Personalmente, si algo me compensó el madrugón, el viaje y la mojadura (además de los vinos con buenos amigos en el puerto de A Guarda) fue ver en el campo a Sara, la niña de la fotografía. Todo un espectáculo. 8-0 al final, pero el resultado, lo de menos.

¡Qué tres patas para un banco!