jueves, 30 de enero de 2014

Excursión a A Guarda



Gonzalo se empleó a fondo durante el segundo partido pero de cara a la portería tuvo a los astros en contra .
























Desapacible mañana de sábado para salir de casa e ir de paseo a A Guarda; todo sea por los niños. Los pequeños de Rocha madrugaron este fin de semana pasado dispuestos a competir fuera de casa pero lamentablemente, después del largo recorrido, se encontraron con dos equipos de edades más adecuadas para enfrentarse a los todavía más peques que dirige Lino. Después de batirse el cobre tan a menudo con los rocosos de Mos (sí, esa última crónica queda anotada en el debe del blog), lo de este sábado nos supo a muy poco. Aún así, como siempre, de todo se sacan algunas cosillas en limpio.
El abrelatas contra el Alameda estaba
guardado en los pies del Zar

Del primer partido jugado, contra el Alameda, poco podemos decir: fue un partido embarullado y poco vistoso por culpa de la multitud de chiquillos que hubo que colocar sobre el césped para tratar de compensar la diferencia de tamaños. Hasta con diez jugadores de campo llegaron a formar los de A Guarda. Y, sí, eran mucho más pequeños que los nuestros pero también es cierto que eran multitud y así no es nada fácil desatascar el juego. Y el problema no fue sólo el superpoblado tapete, sino que, además de eso, la lluvia (ese insólito fenómeno al que no estamos acostumbrados) no dejó de caer en toda la mañana llegando incluso crear molestos charcos en algunas zonas del campo. No estaba la mañana para muchas florituras y aunque los chavales, como siempre, pusieron todo de su parte les costó más que nunca. Al final, después de innumerables pases fallidos, de mucho barullo en el área, de los infructuosos intentos de Manu Gol de regatear dentro del área, de las estériles internadas de Antón por la banda derecha, de varias intervenciones meritorias del pequeño Iker (muy activo durante todo el partido), de las carreras infatigables de Denys, el único que consiguió estrellar la pelota contra la red fue Manu, el Zar, que, después de varicelas, lesiones y dudas existenciales,  parece que ha recuperado el tono al que nos tenía acostumbrados el año pasado. Al final, poca historia: 1-0 y a otra cosa mariposa.
La pequeña Sara, un  auténtico ciclón.
El segundo partido fue otro cantar. El equipo que presentó el A Guía de A Guarda estaba formado por un grupete de minúsculos jugadores de edades que nada tenían que ver con las de los nuestros. Fue una pena para ambos que las fuerzas de los equipos estuvieran tan desequilibradas porque eso restó competitividad al enfrentamiento. No hubo, en efecto, competición, lo cual no quiere decir que no hubiera espectáculo, por ambas partes. En nuestro caso, hay que mencionar a Alejandro Pereira que corrió arriba y abajo sin parar durante todo el encuentro, celebrando los numerosos goles conseguidos como si de una final se tratase. También cabe destacar la actuación de Gonzalo, que corrió y peleó denodadamente por todos los balones pero, a pesar de las muchas ocasiones que se le presentaron, estuvo muy peleado con una portería que se le hizo, tal vez a causa de la lluvia, demasiado esquiva y huidiza. Para acabar vais a permitirme que, por una vez, haga mención especial al rival: Unos pequeños con espíritu competitivo y deportivo que a pesar de la goleada no perdieron la sonrisa ni las ganas de jugar. Personalmente, si algo me compensó el madrugón, el viaje y la mojadura (además de los vinos con buenos amigos en el puerto de A Guarda) fue ver en el campo a Sara, la niña de la fotografía. Todo un espectáculo. 8-0 al final, pero el resultado, lo de menos.

¡Qué tres patas para un banco!


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