lunes, 24 de febrero de 2014

Otros locos bajitos

Rocha dando instrucciones al sexteto con el que iniciamos la segunda parte

 

Otros Locos Bajitos

 

Penalty clarísimo a Gonzalo que el árbitro no quiso ver.
Nuevamente fuerzas y tamaños muy descompensados en el campo de Randufe, esta vez contra los chicos de Caselas. Se presentaron los azulones con un grupete muy variopinto: algún chaval de la edad de los nuestros que jugaba con criterio y pundonor, y una mayoría de niños y niñas de edades no uno sino hasta dos años por debajo. Aún así lo intentaron como pudieron, y llegaron a disfrutar de alguna mínima ocasión. La diferencia, sin embargo, fue abismal y eso impidió que el espectáculo llegase a ser demasiado vistoso en ningún momento. En especial en el primer tiempo, durante el que los peques del Tyde se mostraron un poquito embarullados y espesos. Gonzalo volvió a intentarlo una y otra vez, con muchísimas ganas pero muy desafortunado de cara a la portería. Con las ganas que le pone y el desgaste al que se somete cada vez que pisa el verde, cuando este espigado interior izquierdo sea capaz de poner un poco de control en su ímpetu se convertirá en un fenómeno. Es sólo una cuestión de tiempo.



No es un efecto óptico
Con el equipo que salió en la segunda parte pudimos disfrutar un poquito más de juego y triangulaciones. Hubo algún momento realmente bueno, en el que Martín se despachó desahogando el juego que trataba de atascar el contrario y eligiendo, como siempre, la opción correcta en cada lance. Delante de él, cual Mostovoi en sus buenos tiempos, el Zar se hinchó a demostrar que su clase está fuera de lo común: cabeza erguida al recibir, oteando el horizonte en busca de un compañero, balón que sale impecable directo a su destino. Tiki Taka. Uno que sabe. El destinatario de estos balones fue casi siempre Denys que supo recibir, correr la banda y estuvo listo en la definición. Especialmente hábiles y coordinados estuvieron en los corners desde la banda izquierda. Arriba Manu Gol hizo de las suyas antes de darse un buen batacazo que solventó como un hombre: un par de lágrimas y asunto arreglado. Alejandro Pereira fue el que resultó más perjudicado por la posición que le tocó en suerte. Dentro del área sin la posibilidad de desbordar arrancando desde atrás con sus vertiginosas carreras no se encontró demasiado cómodo. Aún así consiguió marcar.
 
La sorpresa de la mañana estuvo en Tezera, que si ya en el anterior partido jugado en casa había dejado patente su potencial con un par de detalles de lo que puede llegar a hacer, este sábado se lució una y otra vez protegiendo el balón, regateando y escapando del contrario. Mención especial también para la actuación de Nicolás, que compensó el error de una mano fuera del área con una estupenda intervención. Poco trabajo para los porteros por otra parte; y el que hubo lo liquidaron sin problemas.
 
 
Una afición muy entregada la del Tyde.

 

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miércoles, 5 de febrero de 2014

Queríamos Caldo


Teo,  impresionante como siempre, tuvo mucho más trabajo que en los últimos partidos.

QUERÍAMOS CALDO

...y tuvimos nuestras siete tazas, pero bien a gusto que nos quedamos, sin embargo. No hubo goles que celebrar esta vez en el campo de Randufe, no al menos para los que estábamos en nuestra casa. Lo que sí hubo fue mucho que bregar en nuestro campo y poco que disfrutar en el ajeno, y es que enfrente nos pusieron a todo un equipazo. Los chavales de Oia, no es que fueran grandes -pequeños no eran, pero lo de los tamaños ya ha dejado de ser una excusa válida-, lo que sucedió es que, en realidad, jugaban a la pelota como los ángeles: el balón al suelo, pases, triangulaciones, desmarques... una auténtica maravilla. Poco dejaron para disfrute de los nuestros: hacía ya unos cuantos partidos que no quedaba Manu Gol sin estrenar su casillero, pero este sábado no fue el día de los delanteros. Fue el día, sin embargo, para disfrutar de los guardametas, que se habían acostumbrado ya a ser poco más que meros espectadores en los repasos repartidos en los últimos desplazamientos; si iban a la ducha al finalizar los encuentros era porque la lluvia los había empapado -¿guardaremos algún día el paraguas?- y no porque hubieran sudado en exceso. Por eso, lo del sábado fue una estupenda oportunidad para que nos demostraran que también debajo de los palos hay talento bruto. 

Un utillero con muchísima clase.
Salió de cara Teo, un auténtico felino, dueño absoluto del territorio donde alcanza la sombra del larguero. Teo es bastante más que una gema en bruto: lleva en la sangre el fútbol y sus movimientos no son aprendidos, sino los gestos naturales de quien considera la portería su propia casa. Un portento deslumbrante con las manos y los pies que ha sabido serenar este año la cabeza. Ese ha sido su gran mérito, lo otro le viene dado y no le supone mayor esfuerzo. Tuvo muchísimo trabajo el sábado ya que le tocaron los minutos iniciales en el que los nuestros aún no habían cogido el pulso al contrario y fueron minutos que se jugaron prácticamente dentro de nuestra área. Su actuación fue, como siempre, muy meritoria.


Denys felicita a Nicolás tras una estupenda intervención.
El relevo al de Caldelas se lo dio Nicolás, a quién sus nuevas gafas han aportado una importantísima dosis de seguridad. El sábado no sólo estuvo sereno y excelentemente colocado sino que decidió deleitarnos con un par de actuaciones dignas de la máxima categoría. Muy atento a lo largo de los minutos en los que pisó el césped,  no solo guardó a la perfección los tres palos, sino que no se cansó de repartir instrucciones para colocar a la defensa en los innumerables corners que se sacaron en contra de los nuestros.


Hugo en una de sus muy acertadas salidas.
Cerró Hugo la actuación de los guardamallas. Un fenómeno de Paramos con un físico que promete llevarlo muy lejos. Al igual que le sucediera a Teo, tampoco fueron minutos muy afortunados los que le tocaron para ponerse a defender la puerta, ya que los nuestros acusaron el cansancio del final del partido y se vio muy acosado por los contrarios y, sin embargo, supo demostrar la enorme calidad que posee con numerosas actuaciones de grandísimo mérito. Sé que más de uno pensará que es un poco extraño centrar en los porteros la crónica de un partido que se perdió por cinco goles a cero, pero ya sabemos que, al final, el resultado es lo de menos: quedémonos con que el sábado tuvimos la suerte de poder ver a tres magníficos cancerberos en acción y en otras ocasiones no podemos hacerlo. Lo habitual es que los de arriba arrasen y no nos dejen.